Hoy 1 de octubre es el día internacional del café, así que, aprovechando, os traigo esta tarta fría de café, sin azúcar ni horno. Es súper fácil de preparar, ¡y está buenísima!
Como no soy muy de bizcochos, suelo aprovechar cuando voy a comer a casa de alguien para preparar alguna tarta. En esta ocasión, tenía una comida familiar y he preparado esta tarta de café. Es muy sencilla, pero como en mi casa gusta mucho acabar la comida con un café, me pareció ideal como postre.
Me apetecía decorarla con un poco de chocolate, así que hice una decoración bastante sencilla pero muy resultona (y que obviamente es opcional). Para hacerla, simplemente fundí chocolate, lo puse en una bolsita pequeña, e hice espirales enredadas sobre una tira de acetato un poco más larga que el contorno del molde. La cerré con una pinza de la ropa para hacer la forma redonda y la dejé unos minutos en la nevera. Al desmoldar la tarta, la coloqué sobre la pared y retiré el acetato poquito a poco, ¡y listo!
Tarta de café… ¿o tarta mocha?
El único al que no le hace mucha gracia el café es mi primo, por lo que también añadí un poquito de cacao en polvo. Esto es totalmente opcional, pero a mí me gusta mucho cómo quedó, y por tanto os lo pongo en la receta.
El caso es, que si además de café ponemos un poco de cacao, el resultado será una tarta mocha, que es básicamente el sabor resultante de mezclar chocolate y café. La proporción es al gusto, en función del sabor que queramos conseguir.
Una tarta fría de café – ¡sin horno!
Preparar esta tarta es rematadamente fácil, y no hay que hornear nada, por lo que es ideal si no tienes horno o si no te apetece encenderlo.
La textura que queda es muy ligera, y gracias a las burbujitas que conseguimos al batir la mezcla tendremos una estupenda textura de mousse, aireada. Técnicamente, no es exactamente una mousse de café al uso porque no lleva huevo, que es la base de las cremas inglesas con las que se hacen las mousses, pero el resultado, para mi gusto, es mejor, porque es más ligerito y restamos el colesterol del huevo.
Opciones para la base de la tarta
Yo estoy ya muy acostumbrada a hacer bases de tarta con frutos secos, que son más nutritivas, pero podéis optar por lo que más os apetezca. Por ejemplo:
- Frutos secos variados (nueces, avellanas, anacardos, cacahuetes…)
- Plancha de bizcocho – ver recetas de bizcochos sin azúcar
- Galletas integrales sin azúcar con mantequilla fundida
- ¡Sin base! Se puede poner la mezcla de la mousse en un vasito o una copa, y te ahorras preparar la base
En cualquier caso, esta tarta fría de café te va a encantar, porque está para chuparse los dedos ♥
Tarta fría de café sin horno y sin azúcar
Ingredientes
Para la base
- 70 g avellanas crudas
- 70 g nueces
- 70 g copos de avena integrales
- 5 g cacao en polvo
Para la mousse
- 200 ml leche evaporada o nata (crema de leche)
- 100 ml leche
- 250 g queso mascarpone o queso tipo Philadelphia
- 150 ml café (preparado con agua + café soluble o de máquina)
- 5 láminas de gelatina neutra (o 12g de gelatina en polvo)
- 10 g cacao en polvo puro, sin azúcar
- Edulcorante al gusto (yo 60g de eritritol)
Elaboración paso a paso
- Primero preparamos la base, triturando las avellanas y las nueces hasta conseguir una crema parecida a una mantequilla con grumos. Añadimos la avena y el cacao y volvemos a triturar hasta que se integre bien.
- Forramos un molde desmontable de 20cm con papel de horno en la base y una tira de acetato en la pared. Echamos la mezcla de la base y la repartimos bien, presionando con una espátula para compactarla. Reservamos en la nevera.
- Hidratamos la gelatina en agua fría hasta que esté blanda.
- Hacemos el café, y cuando esté aún caliente escurrimos la gelatina y la derretimos en él. Añadimos el cacao y mezclamos. Dejamos atemperar.
- En un bol, batimos la leche evaporada junto con la leche evaporada, la leche, el queso y el edulcorante. Podemos usar la batidora eléctrica o las varillas.
- Añadimos el café atemperado, y volvemos a batir.
- Vertemos la mezcla sobre la base, en el molde, y dejamos enfriar durante por lo menos 4 horas en la nevera.
- Desmoldamos con cuidado, decoramos al gusto, ¡y listo!