Hoy os traigo un clásico de los pasteles: la Victoria sponge cake, en una versión sin azúcar, más saludable y nutritiva. ¡Y deliciosa!
Esta tarta es famosa por su sencillez y elegancia, con una estructura formada por dos capas de bizcocho esponjoso rellenas de nata montada y fresas frescas o mermelada. Aunque parece (y es) una receta sencilla, su textura ligera y equilibrada entre lo esponjoso del bizcocho y lo cremoso del relleno, junto con la frescura de las frutas, la convierte en una delicia que ha ganado un lugar especial en la repostería internacional.
¿Por qué se llama Victoria sponge cake? Un poco de historia
La Victoria sponge cake, también conocida como tarta Victoria o tarta Victoria sponge, es un postre clásico británico que ha perdurado en el tiempo, no solo por su sabor sino también por su historia.
El nombre de este delicioso pastel tiene su origen en la reina Victoria de Inglaterra, quien gobernó desde 1837 hasta 1901. Según la historia, la reina Victoria adoraba disfrutar de una rebanada de este bizcocho durante la tradicional hora del té. La simplicidad y elegancia de la receta coincidían perfectamente con los gustos de la reina, lo que hizo que el pastel se asociara rápidamente con la aristocracia británica. Desde entonces, se ha llamado Victoria sponge cake en su honor, convirtiéndose en un símbolo de la repostería clásica inglesa.
El Victoria sponge fue creado por los cocineros reales, quienes querían ofrecerle a la reina algo dulce, esponjoso y delicado, acorde a la etiqueta del Palacio de Buckingham. La estructura es simple pero elegante, ideal para acompañar una tarde de té o una celebración especial, tal y como lo hacía la propia reina.
La combinación perfecta de texturas
Una de las razones por las que la tarta Victoria sponge se ha mantenido como un favorito durante tanto tiempo es por su equilibrio perfecto de texturas y sabores. Las dos capas de bizcocho, tradicionalmente esponjosas, se combinan de maravilla con el relleno cremoso de nata montada y fresas. El contraste entre el bizcocho suave y aireado con la cremosidad de la nata hace que cada bocado sea una experiencia delicada y placentera.
En nuestra versión sin azúcar, utilizamos harina de avena integral y almendra, lo que no solo añade un toque más saludable al bizcocho, sino que también aporta carbohidratos complejos, que se digieren más lentamente que las harinas refinadas. Esto hace que la tarta, aunque sigue siendo un postre, sea una opción ligeramente mejor en términos nutricionales. Además, el relleno de fresas frescas añade ese toque ácido y refrescante que equilibra el dulzor del bizcocho y la suavidad de la nata.
Una versión de la Victoria sponge cake más saludable
Aunque hemos adaptado esta receta clásica para hacerla sin azúcar, utilizando ingredientes como el eritritol para endulzar de forma natural, la harina de avena integral y la almendra molida para aportar fibra y grasas saludables, es importante recordar que la cantidad de nata montada sigue siendo significativa. Esto convierte a la tarta Victoria sponge sin azúcar en un postre para disfrutar en ocasiones especiales, pero no para incluir a diario en una dieta equilibrada. Si quieres, puedes sustituir la mitad de la nata (200ml) por leche evaporada, para restar grasas y aligerar el relleno.
Al usar carbohidratos complejos, como los que aporta la avena integral y la almendra, contribuimos a un índice glucémico más bajo en comparación con las recetas tradicionales, lo que favorece una liberación de energía más gradual y evita picos de glucosa.
El encanto de la tarta Victoria en celebraciones
Este postre no solo es delicioso, sino que su presentación y tamaño lo hacen ideal para ocasiones especiales, como cumpleaños, reuniones familiares o celebraciones con amigos (yo la hice para el cumpleaños de la abuela de mi chico – sí, la llevé con el corte hecho porque le hice la foto antes 🤣). Es muy bonita, con muy poco. Es el centro de atención de la mesa, ya que su aspecto esponjoso, el relleno de nata y las fresas la convierten en una tarta visualmente atractiva, por sus colores, y perfecta para compartir en compañía.
Si estás buscando un postre que combine tradición, sabor y un toque de elegancia, esta versión sin azúcar es ideal para mantener la esencia clásica del Victoria sponge cake mientras cuidas tu consumo de azúcar. A pesar de ser un postre más saludable, no sacrifica el sabor ni la textura original que lo han hecho tan famoso. ¡Te encantará!
Victoria sponge cake sin azúcar (tarta Victoria)
Ingredientes
Para el relleno
- 400 ml nata para montar
- 40 g leche en polvo
- 120 g mermelada de fresa sin azúcar (preferiblemente casera)
Para el bizcocho
- 4 huevos M/L
- 225 g mantequilla light
- 50 g eritritol o edulcorante al gusto
- 100 g harina de avena integral
- 100 g almendra molida fina
- 10 g levadura en polvo tipo Royal (polvos de hornear)
Elaboración paso a paso
- Primero preparamos el relleno, si es el día antes, mejor. Batimos la nata montada hasta que forme picos firmes, añadimos la leche en polvo y batimos hasta integrarla. Enfriamos en la nevera al menos 3 horas.
- Para el bizcocho, batimos las yemas de los huevos en un bol junto con la mantequilla en pomada (blandita) y el edulcorante.
- Incorporamos la harina de avena, la almendra y la levadura poco a poco.
- Por último, montamos las claras a punto de nieve y las integramos con movimientos envolventes.
- Dividimos la masa en dos, y la vertemos en un molde desmontable (bien forrado), de unos 20cm de diámetro. Hornearemos en dos veces, durante 25min a 180ºC.
- Atemperamos, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
- Para el montaje, colocamos un bizcocho, lo cubrimos con una capa fina de mermelada, ponemos nata montada, colocamos el segundo bizcocho (también con mermelada) boca abajo, y cubrimos la parte superior con nata.
- Decoramos con fresas, ¡y lista!