En un bol, mezclamos todos los ingredientes menos el agua y la pastillita de caldo (fácil, verdad).
Añadimos el agua templada poco a poco, mientras amasamos. Veréis que se forma la masa muy rápido.
Amasamos como si fuera pan durante un par de minutos, hasta que veamos que está todo bien integrado homogéneamente.
Partimos la masa en 2 con un cuchillo y hacemos dos bolas, amasando un poquito más. Las bolas tendrán aproximadamente el tamaño de un puño cada una.
Ponemos una olla grande con agua por la mitad a hervir (yo la he tenido a 8 de 9 en la vitro), y disolvemos la pastilla de caldo.
Echamos ambas bolas de seitán y cocinamos durante unos 50min, cuando se habrá dorado ligeramente. Pasado este tiempo, veréis por qué es importante usar una olla bien grande: cada bola de seitán flotará por la levadura y triplicará su tamaño.
Retiramos con cuidado, con una espumadera, y dejamos escurrir. Si lo vamos a guardar en la nevera unos días, lo haremos con un poco de caldo para que no se seque, y lo escurriremos cuando lo vayamos a usar.
Cortamos en filetes y lo comemos como más nos guste: a la plancha, con verduras, troceado y mezclado con arroz... ¡y listo!