Tamizamos las dos harinas y las ponemos en el bol donde vayamos a amasar.
Añadimos el aceite, la leche, la sucralosa, la sal, el agua de azahar y el anís, y amasamos a velocidad lenta durante unos 15min. No queda una masa aún.
Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente en pomada, y amasamos.
Deshacemos la levadura fresca en 50ml de agua, desmenuzándola con los dedos y mezclando bien, removiendo con una cuchara. La agregamos al bol con la masa, y amasamos durante unos 15min más.
Sacamos la masa del bol y seguimos amasando sobre la mesa de trabajo o la encimera hasta que esté completamente elástica y homogénea. Es muy importante que la masa esté muy bien mezclada, amasada, y muy elástica, que no se rompa si estiramos, para que nuestras cocas de vidre queden bien crujientes. Hacemos una bola, la ponemos en un bol grande y la tapamos con papel film. Dejamos reposar durante 15 minutos.
Cortamos la masa en 8 porciones de aproximadamente 100gr cada una, hacemos bolas con ellas, amasando para quitar grietas, y las dejamos reposar 5 minutos.
Enharinamos la encimera, pintamos el rodillo con un poco de aceite, y estiramos nuestras bolas haciendo óvalos muy alargados. Para que quede bien fina y con una forma adecuada, estiraremos con el rodillo siempre desde la mitad hacia delante, y de la mitad hacia atrás.
Cuando esté bien finita, la enrollamos en el rodillo y la pasamos a la bandeja para hornear, cubierta con papel de hornear (papel manteca). Pintamos con un poco de aceite suave y cubrimos con piñones, eritritol, almendras, etc. ¡Lo que quieras!
Con el horno previamente precalentado, horneamos las cocas de 2 en 2, a 250º durante 8 minutos. Verás que los bordes se doran y oscurecen, ese es el momento de sacarlas. Dejaremos enfriar sobre una rejilla durante unos 10min. Si no hacemos esto, la base puede quedar blanda.
Servimos en una bandejita, rompemos nuestro trozo, ¡y a comer!