En un bol más bien grande, ponemos el huevo batido, la leche, el zumo de limón, la mantequilla fundida (atemperada), y la stevia. Batimos bien con unas varillas o a máquina.
Ahora añadimos los ingredientes secos: la harina, la levadura, el bicarbonato, la sal y la ralladura de todo el limón, lo más finita posible. Mezclamos bien, con la ayuda de una espátula o amasando con el accesorio correspondiente. Es posible que haga falta algo más de harina, según el tamaño del huevo y demás, así que podemos ir añadiendo un poco hasta que veamos una masa más firme (sin llegar a ser una piedra).
Hacemos una bola con la masa (es posible que haya que añadir un poco de harina para que esté más manejable), la envolvemos en papel film, y la dejamos reposar unos 30 minutos en la nevera, para que esté más manejable.
Para hacer las galletas, podemos o estirar la masa y cortar con cortador, o hacer bolitas con las manos y aplanarlas. Va a gustos, yo he hecho unas cuantas de cada para que veáis la diferencia.
Colocamos las galletas en la bandeja del horno, sobre papel de hornear (papel manteca) y horneamos a 180º con el horno encendido arriba y abajo y previamente precalentado. Si las hacéis finas y crujientes, serán unos 10-12 minutos, si escogéis hacerlas más gorditas serán entre 15 y 20 minutos, dependiendo siempre del horno.
Dejamos enfriar sobre una rejilla, ¡y listo! Ya tenemos nuestras galletas de limón sin azúcar.
Y así quedan las más "artesanales" :)