Separamos las claras de las yemas en dos bols, y batimos las yemas con el yogur, el aceite, la stevia y la vainilla.
Añadimos la harina, tamizándola bien, junto con la levadura. Para que te sea más fácil de mezclar, vé echándola sobre el tamiz poquito a poco, y la vas integrando con una espátula, evitando que queden grumitos.
¿Te acuerdas del bol con las claras? Móntalas a punto de nieve, y las agregas al bol de la mezcla mezclando con movimientos envolventes, para que no se bajen. Así, tendremos unas magdalenas de nutella bien esponjosas.
Encendemos el horno a 180º para que se vaya precalentando. Ponemos los moldes sobre la bandeja del horno, con el papelito dentro, y vamos echando la masa dentro (te debería dar para unas 12-14 magdalenas). Un truquillo para que se te caiga el chorrito de masa fuera es usar una cuchara de estas para servir helado.
Colocamos media cucharadita de nutella sobre cada magdalena en crudo. Con un palillo, hacemos remolinos para que se mezcle con la masa, pero no del todo. ¡Ya verás qué rico queda!
Horneamos unos 12-15 min a 180º, hasta que pinchemos un palillo en el centro y salga limpio. Yo las he tenido 13 minutos, pero variará en función del horno.
Dejamos enfriar sobre una rejilla, ¡y listo!