Encendemos el horno a 180º para que se vaya precalentando mientras preparamos el bizcocho.
Derretimos la mantequilla en el microondas (o a fuego lento), la echamos a un bol y la mezclamos con la stevia y una pizca de sal para realzar los sabores. Normalmente hago los bizcochos con unas varillas, pero hoy me ha dado por usar una lengua de gato. Cuesta un poco más para mezclar los ingredientes, pero va muy bien para no perder producto, que no se enganche la masa en las varillas y que no se baje la masa.
Añadimos la vainilla, el aceite, y las yemas de los huevos. Separamos las claras y las reservamos en otro bol aparte. Mezclamos bien.
Añadimos la harina y la levadura, y volvemos a mezclar. Yo hoy he usado mezcla de harina de repostería y harina integral a partes iguales, y han sido 150gr. Si usáis harina integral, deberíais poner un poco menos (120gr) para que no os quede seco. Para que se integren bien los ingredientes con la lengua de gato, hacemos movimientos de fuera hacia dentro.
Ahora vamos a montar las claras de huevo que habíamos separado en el otro bol. Batimos con unas varillas hasta que aumenten su volumen y adquieran consistencia (claras a punto de nieve). La diferencia entre hacerlo así y echar los huevos enteros, sin montar las claras, es que así queda más esponjoso. Añadimos las claras al resto de la preparación, integrándolas como siempre con movimientos envolventes para que no se bajen.
Ya tenemos lista la parte de vainilla. Engrasamos un molde (mejor si es de silicona), y echamos más o menos unos 2/3 de la masa que hemos preparado. Da igual si no lo distribuimos de manera uniforme, luego se juntará con la parte de chocolate.
Cogemos el otro 1/3 de masa y le añadimos el cacao en polvo. Mezclamos bien, y vertemos el resultado sobre la masa de vainilla. Podemos mezclarlo un poco haciendo dibujos con un cuchillo.
Horneamos a 180º durante 35min, dejamos enfriar, desmoldamos, ¡y listo!