Si hay algo que grita «Navidad» a los cuatro vientos es el aroma a jengibre y especias saliendo del horno. Hace años que veía esas casitas de jengibre en las películas o en los escaparates de las pastelerías y pensaba: «qué bonitas, pero qué bomba de azúcar». Y es verdad, tradicionalmente estas casitas se hacen con melaza, azúcar moreno y se pegan con glasa real (que es básicamente azúcar puro). Pero este año me he propuesto un reto: hacer una casita de jengibre sin azúcar, integral y totalmente comestible.
El resultado ha sido esta preciosidad que veis en la foto. Y lo mejor no es solo que sea bonita, es que al estar hecha con harina integral y endulzada con stevia, podemos comérnosla sin miedo a que nuestra glucosa se dispare. Es una actividad maravillosa para hacer una tarde de domingo, poner música navideña y disfrutar del proceso de construcción (¡y de destrucción a mordiscos después!).
Masa de galletas de jengibre: Firme pero deliciosa

El gran miedo al hacer una casita de jengibre es que se derrumbe o que las paredes se doblen en el horno. Para evitar esto, necesitamos una masa que, una vez horneada, quede crujiente y firme. En esta receta utilizamos harina integral (puede ser de trigo o avena), que le da una estructura rústica perfecta y aporta fibra, lo que ayuda a que los hidratos se absorban más lentamente.
El jengibre en polvo no solo da sabor; es un antiinflamatorio natural y digestivo, perfecto para estas fechas en las que solemos comer un poquito más de la cuenta. Junto con la mantequilla, crea esa textura de «galleta de especia» o pastitas de té que, os prometo, está buenísima sola o mojada en leche.
Y por supuesto, con esta misma masa puedes hacer galletas de jengibre sin azúcar (que, como verás, es lo que hago con lo que me sobra de la casita).
El montaje: «Cemento» saludable
Aquí viene el truco del almendruco. ¿Cómo pegamos las paredes sin usar el pegamento de azúcar glas tradicional? Mi solución favorita es el chocolate blanco sin azúcar. Al derretirlo y dejarlo enfriar, se endurece y actúa como un cemento súper potente y sabroso. Además, estéticamente queda genial porque al ser blanco parece nieve acumulada en las juntas.

Para darle el toque final invernal, he espolvoreado coco rallado por encima. El efecto visual es precioso y el sabor del coco con el jengibre y el chocolate blanco es una combinación ganadora.
Casa de jengibre… ¿o portavelas?
Pues… ¿ambas? 🤣 Cuando ya la tenía lista, digo… ¿y si le pongo una velita? ¡Y menuda idea! Los huequitos de la casa, puerta y ventanas, hacen que la luz salga de manera súper bonita de la casa. Queda súper cuqui ❤

Eso sí, la vela da calor, y el calor derrite el chocolate, así que si vas a poner una vela:
- Hazlo directamente en la mesa, o donde vayas a poner la casita.
- No enciendas la vela todo el rato, sólo cuando vayáis a estar delante disfrutándola.
- Cuando la apagues, espera unos minutos para que se enfríe antes de moverla, ya que el chocolate se habrá fundido parcialmente.
Consejos para que tu casa de jengibre quede perfecta
La paciencia es clave aquí. Es muy importante respetar el tiempo de reposo de la masa en la nevera. Al llevar mantequilla, si la manipulamos caliente se nos pegará a los dedos y perderá la forma al hornearse. Otro consejo es estirar la masa entre dos papeles de horno; así nos aseguramos de que queda lisa y no añadimos harina extra que podría resecarla.
Además, cuando decores con el chocolate, mejor déjala unos minutos en la nevera para que se endurezca antes de pasar al montaje final.
Plantilla para hacer tu propia casita
Para hacer las distintas partes de la casa, he dibujado mi propia plantilla, que os dejo aquí lista para imprimir y recortar.

Casita de Jengibre sin azúcar (galleta comestible)
Ingredientes
- 2 huevos M
- 1 cda sopera de stevia en polvo o edulcorante equivalente
- 150 g mantequilla light fundida y atemperada
- 220 g harina integral trigo o avena
- 1 cdita jengibre en polvo
- 1/3 cdita bicarbonato sódico (la puntita de una cuchara de café)
- Una pizca de sal
- Para decorar y pegar: Chocolate blanco sin azúcar y coco rallado
Elaboración paso a paso
- En un bol amplio, batimos los huevos junto con la stevia y la mantequilla hasta que se integren. No hace falta montar, solo que quede una mezcla homogénea.
- Incorporamos poco a poco la harina integral, el jengibre, el bicarbonato y la pizca de sal. Mezclamos bien, primero con espátula y luego con las manos, hasta obtener una masa que no se pegue.
- Reposo (¡Importante!). Formamos una bola con la masa, la envolvemos en film transparente y la dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos. Esto hará que la mantequilla se endurezca y sea más fácil de cortar.
- Sacamos la masa de la nevera, la aplastamos un poco y la estiramos con un rodillo colocándola entre dos papeles de horno (así no se pega). El grosor debe ser de unos 4-5 mm.
- Usando plantillas de papel (que podéis imprimir o dibujar y recortar previamente: fachada, trasera, laterales y tejado), cortamos las piezas sobre la masa con un cuchillo afilado. Recordad recortar puerta y ventanas en la fachada.
- Con los recortes de masa sobrante, volvemos a hacer una bola, estiramos y cortamos galletitas con formas (muñecos, estrellas...). Así hasta que nos quedemos sin masa.
- Colocamos las piezas con cuidado sobre la bandeja del horno. Horneamos a 180ºC durante 12-15 minutos (vigilad que se doren pero no se quemen). Las piezas grandes pueden tardar un poco más que las galletas pequeñas.
- Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla. Si intentamos montarla caliente, se romperá.
- Derretimos chocolate blanco sin azúcar y lo ponemos en una manga pastelera pequeña. Lo usamos como decoración y como "pegamento" para unir las paredes y el tejado. Yo refuerzo las juntas por fuera para que aguante mejor, y parezca nieve.
- Toque final: Antes de que seque el chocolate, o añadiendo un poco más por encima, espolvoreamos coco rallado. Dejamos enfriar en la nevera unos minutos para que la estructura se fije bien. ¡Y lista!
Vídeo de la receta
Notas
Información Nutricional
